Imaginaos a altas horas de la noche, camino en coche hacia casa, algo enrarece la atmósfera repentinamente. La temperatura desciende, el frío lo envuelve todo y un escalofrío os recorre la espalda. Entonces la veis a lo lejos. Una figura huesuda, con vestido largo y vaporoso manchado de sangre que cruza la carretera como flotando, pues sus pies no pueden apreciarse. Entre sus brazos lo que parece un bebé. Algo en vuestro interior os dice que algo raro pasa con esa figura y a medida que os acercáis la radio comienza a saltar de una emisora a otra. Justo a su altura vuestras miradas se cruzan y es entonces cuando veis que en sus cuencas no hay nada mas que negrura...
Es una de las famosas leyendas de fantasmas que existen en Badajoz. La llaman La Portuguesa y su historia nos cuenta como una mujer joven tiene un accidente a la altura de la base aérea de Talavera la Real, en la Nacional 5. Su coche se estrella contra los muros del recinto militar y ella aún atrapada emite alaridos pidiendo ayuda al soldado que se encontraba de guardia en la garita. Este por miedo a dejar su puesto no acude a socorrerla pero avisa a sus compañeros para que la auxilien. Cuando la ayuda llega, ella ya está muerta y a su lado, en el coche, un bebé que tampoco ha sobrevivido.
Según el testimonio de algunos conductores que circulan por allí de noche, aseguran ver la figura de esta mujer con un bulto entre sus manos, que se cruza del arcén izquierdo al derecho para perderse junto a la tapia de la base militar.
Conozco de primera mano que no hay militar que no conozca esta leyenda e incluso a algunos no les gusta hablar del tema, incluso los hay que prefieren hacer guardia acompañados, no sea que se les aparezca el espectro...
