domingo, 24 de abril de 2016

AUTOMATONOFOBIA ; TERROR A LOS MUÑECOS.




Imaginad una figura al final del pasillo, de estatura pequeña, igual que la de un niño pero estatica e inmovil. Os acercais despacio y con cuidado (no sea que provoqueis al ser inquietante que espera entre las sombras) y lentamente encendeis la luz que lo ilumina todo.
Ahi esta con sus ojos vidriosos el endemoniado muñeco, con la mirada fija al cielo y su ropa de adulto que no hace mas que acrecentar esa imagen de personita real en miniatura. Exalas un suspiro y te dirijes a él, lo cojes y lo colocas en la silla mientras murmuras algo para ti como " mierda de trasto feo". Te diriges al baño y bebes un poco de agua y en el camino de vuelta a la habitación te percatas de que el muñeco se ha movido. Sabes que es imposible, pero aun asi te acercas rapidamente, cierras la puerta y corres a tu cuarto, a la comodidad y seguridad que ofrece tu cama para cerrar los ojos y no pensar mas en el incidente...



Tenía un muñeco de esos. Cuando me lo regalaron, yo medía un poco mas de la mitad que este, y su aspecto intimidaba bastante. Lo llamé Ñam Ñam por que comía galletitas y una de las facetas del engendro era hacer extraños sonidos por la noche.
 Funcionaba a pilas y cuando le dabas al botón trasero abría y cerraba la boca con un ruido mecanico que no transmitía en absoluto sensación alguna de naturalidad. En mas de una ocasión y por ciencia infusa se accionaba dicho mecanismo sin ser tocado, lo cual creó en mi un trauma infantil aun no superado.



La Automatonofobia  es uno de los terrores mas comunes entre la gente. Y es comprensible que mirar cara a cara a un muñeco, ya sea de ventrilocuo, de cera o de porcelana, nos cause una extraña sensación inexplicable.Normalmente este tipo de terrores se inician a una temprana edad, en el momento mas impresionable de nuestras vidas, en la infancia, y nos marca irremediablemente para siempre.



Existen dos puntos de vista que pueden llevarnos a sentir dicho temor; uno de ellos seria la idea de ver reflejado en estos muñecos una caricatura de nosotros mismos. El espejo deformando en el que muchos quizás nos miramos. Seres cuyo rostro se asemeja al real pero que carecen de humanidad, con ojos grandes y sin vida, pero que se mueven, y las características cicatrices a los lados de la boca, que ayudan al antinatural movimiento de la boca que no emite jamás ningun sonido por si solo, o quizás si...


Y por otro lado nos encontramos con la idea de vernos a nosotros mismos transmutados en el ser inanimado en si, atrapados en un cuerpo que no es el nuestro, a merced de los movimientos del ventrílocuo, que nos maneja a voluntad, sin capacidad para emitir sonidos, o pedir ayuda .




1 comentario:

  1. Cuando más metido estaba en la historia... Terminaste...

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